Tras varios años de estudios y trabajos multidisciplinarios, se incorporó la Miel de Yateí al Código Alimentario Argentino (CAA). La noticia se conoció a principios de mayo y detrás de este logro hay dos investigadoras de la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la UNaM: Andrea Dallagnol y Amada “Mima” Pucciarelli.
La incorporación se formalizó a través de la Resolución Conjunta N° 17/2019, artículo 783 bis del Capítulo X «Alimentos azucarados», de la Secretaría de Alimentos y Bioeconomía y de la Secretaría de Regulación y Gestión Sanitaria de la Secretaria de Gobierno de Salud, pertenecientes a la Secretaría de Gobierno de Agroindustria.
Esta miel se extrae de una especie de “abeja sin aguijón” perteneciente a la familia Apidae, tribu Meliponini, nativa de América Central y Sudamérica. “El trabajo comenzó en 2006, cuando iniciaron los análisis a través del CEDIT, sobre la calidad y caracterización de la miel de Yateí, y con ayuda del INTA llegaron a los productores. “Fue apasionante trabajar con ellos, nos abrieron sus casas, conversamos y tomamos muestras de las mieles”, expresó Amada Pucciarelli.
Pasado determinado tiempo, publicaron un informe, en la Revista Argentina de Microbiología, sobre la calidad microbiológica y fisicoquímica de la miel para su comercialización, con el objetivo firme de incluirla al Código Alimentario Argentino.
Fue en marzo de 2015 cuando se conformó la red interinstitucional para la incorporación de mieles nativas. Para poder concretarlo, se hicieron análisis, tratamientos de pasteurización y un posterior informe.
Meliponini versus Apis mellifera
“La miel de abejas nativas tuvo auge porque tiene propiedades medicinales, la idea de que forme parte del CAA es consumirla y venderla, y así ayudar a los productores”, comentó Andrea Dallagnol.
Al comparar la miel de abejas nativas con la de abejas europeas Apis mellifera, se comprueba “que tiene más agua y eso da lugar a procesos fisicoquímicos que elevan su acidez”, destacó. También comprobaron que es menos dulce, tiene menor cantidad de sacarosa y cristaliza en menor medida. Ese porcentaje de agua estimula la carga microbiana, por eso se proponen varios tratamientos de conservación:
- Deshumidificación: quitarle el agua detiene el crecimiento de los microorganismos.
- Pasteurización: tratamiento térmico suave de la miel, a no más de 60 grados centígrados, que sirve para eliminar gran parte de las bacterias.
- Refrigeración.
Ambas investigadoras remarcaron que es una miel que se utiliza mucho en Misiones y alrededores y que sería muy bueno poder comercializarla e incorporarla como parte de la dieta de todos los días.
Dentro del proyecto está contemplado llegar a la mayor cantidad de productores y enseñarles todos los tratamientos estudiados para la comercialización, ya que se trata de una miel segura y sin ningún tipo de riesgo.